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"Sólo buscan un sitio donde sobrevivir"

Elías Afif Khouri, profesor universitario sirio afincado en Avilés, cree que sus compatriotas "deben repartirse por toda Europa, son gente trabajadora, no habrá ningún problema"

Elías Afif Khouri, en su casa de Avilés. RICARDO SOLÍS

"La gente de mi país no sale de allí por capricho, no es por gusto. Están sufriendo una guerra civil. Sólo intentan buscar un sitio donde sobrevivir, un lugar donde trabajar. La Comunidad Europea tiene que asumir a estos refugiados. No es plato de gusto tener que dejarlo todo para recorrer miles de kilómetros", dice Elías Afif Khouri, un profesor sirio del área de Ingeniería Agroforestal de la Universidad de Oviedo afincado en Avilés. Afif Khouri está asistiendo con cierto dolor a la peripecia de cientos de miles de sus compatriotas, arrojados a la incertidumbre del exilio y que tratan de sortear el muro de entrada de la Unión Europea. En opinión de este profesor, "tienen que repartirse por toda Europa, un tanto por ciento en cada país, de forma equitativa, no concentrarse en un solo territorio o que se les deje a la puerta, o muriendo en las lanchas, como está ocurriendo ahora. No va a haber ningún problema allá donde se instalen. Los sirios son gente trabajadora, son otra cultura, se nota en el trato".

Elías Afif Khouri llegó a España en 1989 y terminó recalando en la Facultad de Biología de la Universidad de Oviedo. En su caso, salió de Siria "para estudiar". Perteneciente a una familia cristiana romano-ortodoxa, mantiene contacto telefónico con los parientes que le quedan, que residen en la ciudad costera de Latakya, cerca de la frontera turca, una zona en manos del Gobierno de Baschar al-Assad -de hecho, reside allí- y aparentemente con menos problemas que las castigadas Aleppo o Damasco, al estar muy protegida por el Ejército sirio. De alguna forma, esa zona vive ajena al horror que se ha desatado en el interior de Siria. No alcanza las cotas de un Líbano, pero el elemento cristiano le da a esta zona una cierta apertura de mentalidad y, por tanto, cercanía a Occidente. "Por algún motivo, quizá por miedo, mis familiares no pueden contar muchas cosas. Hace unos años me planteé regresar, pero ellos me dijeron: 'Mejor no vengas', y les hice caso", asegura el profesor.

Se muestra un tanto remiso a hablar de las razones por las que su país ha entrado en barrena. "El presidente del país, por algún motivo, por mantener el poder o el orden, empezó a matar a su pueblo", resume. Es ciertamente muy pesimista sobre el futuro de Siria. "El conflicto no tiene solución por ahora, quizá sí a largo plazo. Una intervención militar occidental no va a arreglar nada. Mire lo que está pasando en Irak. La cosa iría a peor", cree. Por otro lado, ve poco factible esa intervención, dado que su país carece de petróleo. "Tiene un valor por su situación estratégica, pero poco más", opina.

El espanto que está provocando el Estado Islámico, que ocupa buena parte del interior de Siria, le provoca escalofríos. "Ante esas imágenes medievales no sé qué decir. Cuando las pasan por televisión intento no verlas. No puedo hacer nada para evitar lo que pasa allí, ¿para qué voy a contemplarlas?", se pregunta. Una de las últimas afrentas del Estado Islámico es la destrucción de los templos de Palmira, a cuyas ruinas cantase Volney. El profesor tiene su propia opinión sobre este asunto. "No deja de ser terrible, pero, como les dije hace tiempo a mis amigos, si me dejan elegir, prefiero mil veces que los islamistas derriben esas columnas o roben no sé qué legado histórico a que maten a niños o exterminen a familias enteras", confiesa.

El hecho de que muchos integrantes del Estado Islámico se hayan formado en Europa no le choca al profesor Afif Khouri. "Eso no garantiza que se tenga una mentalidad abierta. Todo depende del entorno familiar y las relaciones que se establezcan. La gente que forma parte de ese movimiento está cerrada, vive en el pasado, cree fanáticamente en sus ideas", opina.

Otros sirios en España tienen una posición parecida a la del profesor, como el responsable de la Comisión Islámica de España (CIE) y presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España (UCIDE), Riay Tatary, que fue imán en Oviedo, quien aseguró ayer que ayudarán a los refugiados que lleguen a España, al igual que lo han hecho hasta ahora con los inmigrantes que han llegado a cuentagotas.

"Vamos a colaborar y todos los esfuerzos que tenemos los vamos a poner con las administraciones del Estado dentro de nuestras capacidades", dijo Tatary a "Europa Press". La Comisión Islámica no dispone de centros de acogida, pero colaborará ayudando a orientar a los refugiados, especialmente a los jóvenes.

Los inmigrantes, especialmente los sirios, llegan a España "con cuentagotas", sobre todo a través de Melilla y Ceuta. Pero "prácticamente no se queda ninguno" en España, sino que siguen su camino a Alemania o Suecia. Tatary afirmó que todos los musulmanes están muy afectados por lo que está ocurriendo y denunció que se esté "dejando en manos de mafias que no respetan la vida ni la dignidad" a estas personas que huyen de la guerra. También califica de "no idónea" la reacción de algunos países europeos ante la llegada de refugiados, máxime cuando "se vende en todo el mundo una Europa de derechos y libertades". A su juicio, hace falta una postura "mucho más ecuánime".

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