El Parlamento de Turquía aprobó el jueves la extensión por un año del mandato que autoriza el despliegue de tropas en Siria e Irak, semanas después de que intensificase su papel en la coalición liderada por EE UU en la lucha contra el Estado Islámico (EI).

El país miembro de la OTAN abrió sus bases aéreas a cazas de la coalición en julio y desde entonces ha participado en ataques conjuntos contra los yihadistas en el norte de Siria, poniendo fin a años de renuencia a asumir un papel de primera línea.

A pesar de que el país cuenta con la segunda mayor fuerza terrestre militar de la OTAN, Turquía ha manifestado en repetidas ocasiones que no tiene intención de enviar tropas de tierra a Siria a no ser que exista una clara amenaza a su seguridad nacional.

Sin embargo, en las últimas semanas Turquía ha estado trabajando con Washington sobre planes para eliminar al EI de una franja de territorio en el lado sirio de la frontera, proporcionando conjuntamente cobertura aérea a combatientes rebeldes sirios entrenados por EE UU en el terreno.

También en julio, Turquía lanzó ataques aéreos contra campamentos del PKK en el norte de Irak, en respuesta a lo que denominó como "una escalada de ataques" contra sus fuerzas de seguridad.