EE UU está dispuesto a recibir 15.000 refugiados más de los previstos en 2016 y a llegar a los 100.000 en 2017, anunció ayer el secretario de Estado, John Kerry, en Berlín, sin precisar, sin embargo, qué contingente de ellos procederá de Siria.

El propósito de EE UU es acoger el próximo año hasta 85.000 refugiados de todo el mundo -en lugar de los 70.000 actuales- y situarse en los 100.000 al año siguiente, indicó Kerry, tras reunirse con su homólogo, Frank-Walter Steinmeier.

Kerry agradeció la "generosidad ejemplar" mostrada por el Gobierno alemán en la acogida de refugiados y señaló que su país tiene que atenerse "a la estrictas normas de seguridad" establecidas tras los atentados del 11-S.

Precisamente en Alemania, unos desconocidos prendieron fuego ayer a un centro de acogida de inmigrantes en la localidad de Wertheim, en el estado de Baden-Wurtemberg (suroeste), en lo que constituye un nuevo síntoma de la tensión generada por la masiva llegada de refugiados al país.

Además, la Policía germana investiga a un presunto islamista, considerado peligroso, que se había infiltrado entre los peticionarios de asilo de un centro de acogida de Brandeburgo, el "Land" que rodea Berlín.

Entre tanto, unos 11.000 refugiados procedentes de Oriente Medio llegaron el sábado a las fronteras de Austria, informó el Ministerio del Interior. La Policía esperaba recibir ayer otros 7.000, y esto sólo en el paso fronterizo de Nickelsdorf, entre Austria y Hungría.

El Gobierno magiar, por su parte, empezó a colocar una valla de acero en el paso fronterizo de Baranjsko Petrovo Selo, al que Croacia trasladó en los últimos días a varios miles de los más de 25.000 refugiados que asegura haber recibido desde el miércoles a consecuencia del cierre de la linde entre Hungría y Serbia.

En Grecia, 13 personas perecieron en el hundimiento de una lancha neumática entre la costa turca y la isla de Lesbos.