El Gobierno alemán estudia conceder automáticamente tres años de permiso de residencia a los refugiados sirios para descargar a la desbordada oficina que tramita las peticiones de asilo, publicó ayer el semanario alemán "Der Spiegel".

La cancillería alemana planea aliviar con esta medida la situación que padece la Oficina Federal para la Migración y los Refugiados (BAMF), que ha sido objeto de importantes críticas en las últimas semanas ante su incapacidad frente a la avalancha de refugiados.

Por un lado, la medida eliminaría el proceso burocrático derivado de tramitar las peticiones de asilo de todos los refugiados sirios llegados a Alemania, que conforman uno de los mayores grupos de inmigrantes y tienen en principio muchas opciones de quedarse porque proceden de un país desgarrado por la guerra. Por otro, la propuesta permitiría que la BAMF se concentrase en la tramitación de las peticiones del resto de refugiados, que provienen en su mayoría de los Balcanes.

El permiso de residencia temporal para los sirios no permitiría la reagrupación familiar, según fuentes gubernamentales citadas por el semanario.

El Gobierno alemán aportaría la financiación para este permiso de residencia especial para sirios, pese a que es competencia de los estados federados y los municipios cubrir las necesidades de los peticionarios de asilo.

Mientras Berlín se debate con las dificultades para tramitar una política de puertas abiertas que ha resultado excesiva para sus posibilidades logísticas, el drama de los refugiados continúa surcando las aguas del Egeo y las tierras del Continente.

Casi 10.000 refugiados entraron el viernes en Croacia en su camino hacia Europa Occidental, según su ministerio del Interior, mientras que en Austria se contabilizó una cifra similar y en Hungría se superaron los 8.000. Desde el pasado día 15, han entrado en Croacia unos 65.000 refugiados, coincidiendo con el cierre de la frontera húngara con Serbia, lo que convirtió el territorio croata en una nueva zona de tránsito.