Las fuerzas de seguridad afganas recuperaron ayer el control de la estratégica ciudad de Kunduz con el apoyo aéreo de Estados Unidos, aunque los combates prosiguen con los talibanes resistiéndose a perder la que desde el lunes era su mayor conquista militar desde la caída del régimen en 2001.

La operación militar para recuperar Kunduz (norte de Afganistán), iniciada el miércoles, concluyó en la madrugada de ayer, cuando la ciudad quedó "despejada de insurgentes", según aseguró el portavoz de la Policía local, Sayd Sarwar Hussaini.

El Ejército, la Policía y miembros de fuerzas especiales afganas, con apoyo aéreo estadounidense, infligieron numerosas bajas a los insurgentes, cuyos cadáveres se podían ver "esparcidos por todas las calles de la ciudad", relató Hussaini.

El portavoz del Ministerio de Interior afgano, Sediq Sediqqi, confirmó que "las fuerzas de seguridad controlan la ciudad de Kunduz", que "ha sido recuperada y está siendo despejada de terroristas, que han padecido fuertes bajas".

Calle por calle

Sediqqi explicó que los tiroteos que "se escuchan" aún se deben a que "las fuerzas de seguridad van a la busca de terroristas calle por calle y en ocasiones intercambian disparos con ellos". Los talibanes que continúan en el centro de Kunduz son aquellos que no lograron escapar durante la ofensiva de las tropas afganas, añadió Sediqqi.

Los insurgentes, sin embargo, negaron haber perdido su conquista y defendieron que la ciudad está de nuevo bajo su control. El portavoz talibán Zabihullah Mujahid declaró que el miércoles evacuaron, según tenían planeado, sus tropas al extrarradio y "las fuerzas de seguridad entraron por unas horas", pero por la mañana atacaron de nuevo y volvieron a expulsarlas hasta la zona del aeropuerto.

Varios habitantes de Kunduz confirmaron que los combates entre los talibanes y las tropas afganas proseguían.

"La operación continúa ahora a las afueras de Kunduz, en el área de Sedarak, pero la resistencia del enemigo es débil", explicó el Ministerio de Defensa afgano en un comunicado, en el que indicó que no hubo víctimas mortales entre los civiles.