Portugal vivió ayer una tranquila jornada de reflexión sin incidentes en la víspera de una de las elecciones legislativas más disputadas de su historia, cuyos resultados, a juzgar por los sondeos, auguran escenarios complicados para formar gobierno.

Después de meses en los que el opositor Partido Socialista (PS) de António Costa se perfilaba como favorito, las encuestas se decantan desde mediados de septiembre hacia la coalición conservadora liderada por el actual primer ministro luso, Passos Coelho, con una ventaja cada vez mayor frente a su contrincante.

No obstante, el elevado número de indecisos -se estima que en torno al 20% del electorado- mantiene la expectación en Portugal, donde hoy casi 9,7 millones de personas elegirán entre las dieciséis candidaturas que se presentan a los comicios, trece partidos y tres coaliciones.

El presidente luso, Aníbal Cavaco Silva, llamó anoche a los portugueses a acudir a las urnas en un momento que consideró "crucial" para el país, que afronta "desafíos muy complejos, que exigen de todos un gran sentido de la responsabilidad".

Cavaco recordó que las elecciones determinarán la formación del nuevo Gobierno y señaló que "no son admisibles soluciones gubernativas construidas al margen del Parlamento, de los resultados electorales y de las fuerzas partidarias".

Y es que Cavaco, que está a punto de acabar su mandato, tendrá que enfrentarse después de este lunes a un panorama complicado si se cumple lo que auguran los sondeos: un escenario sin mayorías absolutas y en el que, a priori, no se espera que pueda haber acuerdos para gobernar entre varias formaciones.

Integrada por el Partido Social Demócrata (PSD) y el democristiano CDS, la coalición conservadora Portugal à Frente obtendría alrededor del 35% de los votos, frente al 30% de los socialistas.

La ventaja de Passos Coelho le impediría, no obstante, revalidar la mayoría absoluta con la que gobierna ahora, y la falta de partidos en la derecha con posibilidades reales de obtener diputados impide que la coalición pueda pactar con otras formaciones.

Al otro lado del espectro político, las encuestas prevén que las otras dos fuerzas de la izquierda con representación en el Parlamento, el Partido Comunista Portugués (PCP) y el marxista Bloque de Izquierda (BE, por sus siglas en portugués), obtengan cerca del 10% y el 5% de los sufragios. Sin embargo, tampoco está previsto que los socialistas puedan aliarse con estas fuerzas para llegar al Gobierno.

Tanto el líder comunista, Jerónimo de Sousa -que acude a las elecciones en coalición con los ecologistas-, como la portavoz del BE, Catarina Martins, han repetido varias veces que no están disponibles para llegar a un acuerdo con los socialistas.

Algunos analistas incluso plantearon la hipótesis de formar un Gobierno de "bloque central" entre conservadores y socialistas, fórmula que ya fue utilizada en Portugal en la década de 1980, pero que ambas formaciones descartaron durante la campaña.