Las fuerzas de izquierda continúan negociando en Portugal un acuerdo de gobierno que ya está casi cerrado, después de que el viernes manifestaran su intención de derribar mediante una moción de censura en el Parlamento el Ejecutivo conservador encargado el jueves al centro-derecha por el presidente Cavaco Silva.

El acuerdo que ultiman el Partido Socialista (PS), el marxista Bloque de Izquierda y el Partido Comunista Portugués (PCP) debería ser válido para toda la legislatura, pero por el momento sólo garantiza los Presupuestos de 2016.

Las medidas ya pactadas incluyen reducir las contribuciones a la Seguridad Social, descongelar las pensiones, devolver a los funcionarios la parte de los salarios que se les quitó y crear un régimen de despido en el que se propone un acuerdo entre empleador y empleado para evitar que se llegue a los tribunales.

A estas propuestas se unirán posiblemente otras aún por cerrar, como la subida del salario mínimo. Marxistas y comunistas propusieron aumentarlo desde los 505 euros actuales hasta 600, pero ahora se estudia establecer un calendario gradual de subidas. También está aún en el aire la devolución de la contribución extraordinaria del 3,5% sobre las pensiones más elevadas, que el PS también pretende que sea gradual.

El centro-derecha de Pedro Passos Coelho, el grupo más votado en las legislativas del día 4, tiene 108 diputados, mientras que la oposición tripartita de izquierdas cuenta con un total de 122 de los 230 escaños.