La cumbre ministerial multinacional sobre la guerra en Siria terminó ayer en Viena, tras ocho horas de deliberaciones, sin acuerdo aunque con el consenso de seguir negociando en las próximas semanas. La cumbre abre un proceso prometedor hacia la paz, según el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, centrado "en el futuro" y no en las causas de la guerra civil. Por su parte, el ministro de Exteriores del Reino Unido, Philip Hammond, destacó que sigue habiendo desacuerdos, en particular sobre el futuro del presidente sirio, Bachar al Asad.

La veintena de ministros "han encontrado un espacio común" para iniciar un proceso que termine con la guerra en Siria, según la alta representante sobre política exterior y de seguridad de la UE, Federica Mogherini. "Esta reunión no fue fácil, fue histórica, fue la primera vez que tuvimos a todos los actores en el misma mesa, en un ambiente muy constructivo", agregó.