La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

"Sorprende ver las terrazas tan vacías"

Los asturianos que residen en París tratan de volver a la normalidad tras los ataques, aunque aseguran que el ambiente aún es de tensión

Laura de la Fuente.

En el barrio de la avilesina Loreto Vega y el ovetense David Fueyo, en el distrito 18 de París, muy cerca del Estadio de Saint Dennis, muchos vecinos habían colgado banderas francesas en las ventanas y otros habían puesto velas. Ella, profesora de niños de 12 y 13 años en un colegio de la capital gala, ayer recibió en su correo electrónico las instrucciones de cómo debe tratar hoy con los chiquillos, y otro con un detallado protocolo de seguridad. "Cuando fueron los atentados en la revista 'Charlie Hebdo', un niño de la clase me preguntó si no le tenía miedo por ser musulmán", explica, "tuve que explicarle a él y al resto que no había nada que temer".

Los atentados los pillaron encerrados en casa. "De repente los móviles empezaron a sonar a la vez, comenzaron a entrar llamadas y wasaps preguntando si estábamos bien", señala Fueyo, ingeniero de profesión. "Te asustas porque al final son zonas que solemos frecuentar; en la sala de conciertos, por ejemplo, habíamos estado un par de veces", explica. Vega añade: "Lo que sorprende, y mucho, es ver las terrazas vacías desde el viernes".

También estuvieron todo el sábado encerrados en sus casas. "Sólo salimos a lo típico, para hacer algún recado y un poco de compra", destaca Loreto Vega. Eso sí, Fueyo añade que en cuanto se convoquen las primeras manifestaciones de repulsa contra los atentados "iremos seguro".

Los asturianos que residen en París trataban ayer de recuperar la normalidad después de los atentados y el toque de queda propuesto por las autoridades galas. "La ciudad va recuperando el ritmo, incluso, ya se vuelven a ver escenas típicas de franceses con baguetes y el periódico bajo el brazo", asegura la ovetense Alba Lombardía, que trabaja desde hace diez años en la capital francesa como documentalista y ayudante de dirección en diversos proyectos audiovisuales. "Por el nivel de gente parece más un domingo de verano que de noviembre; al final, estamos todos como desasosegados". A ella los atentados la pillaron también en su casa cenando con unos amigos. "Yo tenía un conocido que estaba en el concierto de Bataclan, resultó herido y lo han tenido que operar; no hemos podido hablar aún con él", asegura Lombardía.

Una de las amigas de la ovetense estaba en esos momentos haciendo una presentación de una revista en una zona próxima donde ocurrieron los atentados. "Tuvo que refugiarse en un bar, y no pudo salir en horas", afirma.

La gijonesa Laura de la Fuente sólo pasó unas horas en París, justo durante los ataques. "Estaba con unas amigas francesas cenando y tomando champán y, de primeras, no nos creíamos lo que estaba pasando. Los móviles comenzaron a sonar casi a la vez, eran familiares que nos preguntaban si estábamos bien", explica. De la Fuente llegó a París el viernes por la tarde y se fue el sábado bien temprano. "Fue difícil lograr un taxi para tomar el vuelo de vuelta", asegura. Al final, lo consiguió. "De la que íbamos en dirección a Orly cada vez que parábamos en los semáforos el conducto miraba para todos los lados por si había algo raro, íbamos con miedo", destaca. Consiguió salir del país, pero la fiesta que tenía planeada el viernes por la noche en la capital francesa y parte de la cena se suspendieron. "Me fui a casa de una amiga", asegura. Y apunta: "Había una gran incertidumbre, doy gracias porque el ataque no fue en el restaurante donde estaba".

Compartir el artículo

stats