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Saint-Denis, siempre en el punto de mira

La comuna al norte de París, escenario de la acción terrorista, está en el centro del debate nacional sobre integración y laicidad

Carteles en distintos lugares de París en los que se agradece el trabajo de los policías y se anima a encarar unidos los acontecimientos. TERESA SUÁREZ

Una cifra como el número 93 puede tener diversos significados según el contexto en el que se sitúe. 93 puede ser una edad, una cantidad, una generación... En Francia el significado de este número es sinónimo de Saint-Denis, comuna al norte de París conocida más por sus penurias que por sus buenas noticias y siempre en el constante punto de mira del debate nacional sobre integración y la laicidad.

Estos días Saint-Denis es protagonista mundial por los atentados ocurridos el viernes en el Estadio de Francia durante el partido amistoso entre la selección gala y Alemania y este miércoles por la importante redada que finalizó con el arresto de ocho sospechosos y las muertes de una mujer que explotó su cinturón suicida y la de Abdelhamid Abaaoud, cerebro del ataque terrorista que acabó con la vida de 130 personas el pasado viernes.

"La gente no está acostumbrada a las cámaras" dice Amina B., de 19 años y estudiante en la Universidad París 8, mientras observa desde las vallas invadidas por las cámaras cómo varios policías entran en el edificio donde habitaban los terroristas. Muchos son los curiosos que se pasean por las inmediaciones de la zona afectada con rostros tristes y serenos, los mismos que pueden observarse en las inmediaciones del Bataclan o de la plaza de la República.

Saint-Denis fue en el año 2005 protagonista de los fuertes disturbios del norte de Ile-de-France que provocaron la declaración del estado de emergencia durante el Gobierno de Jaques Chirac, cuyo ministro del Interior era el actual candidato a la Presidencia de la República Nicolas Sarkozy. Los disturbios del año 2005 sacaron a la luz la gran problemática que vivían los suburbios de toda la nación, pero especialmente los del nordeste de París, enmarcados por la cifra 93, sinónimo de paro, violencia y precariedad ante todo.

Mientras tanto, la capital poco a poco va volviendo a la normalidad, los jóvenes toman de nuevo asiento en las numerosas terrazas siguiendo el eslogan viral "Je suis en terrasse" ("Estoy en la terraza"), las velas continúan alumbrando en los alféizares de las ventas y la prensa francesa e internacional se balancea entre la fina línea del sensacionalismo y el sentimentalismo publicando cada una de las historias de las víctimas fallecidas en los atentados. "Todas estas informaciones hacen muy difícil que las familias de las víctimas y los supervivientes puedan superarlo. Es imposible esconderse" afirma Julie F.

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