Los argentinos acuden a las urnas hoy para tomar una de las decisiones más trascendentales de los últimos años. Por primera vez en más de una década se enfrentan a la disyuntiva de apostar por una nueva versión del kirchnerismo o por un cambio radical, lo que en cualquier caso abrirá un nuevo ciclo político lleno de interrogantes.

Más de 32 millones de votantes concurrirán con carácter obligatorio a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, cerrando así una de las campañas electorales más intensas que se recuerdan en Argentina.

La intensidad viene dada por los ajustados resultados que el candidato kirchnerista, Daniel Scioli, y el líder opositor, Mauricio Macri, consiguieron en la primera vuelta, el 25 de octubre, en la que obtuvieron un 37 y un 34 por ciento de los votos, respectivamente. En tercer lugar se clasificó el opositor Sergio Massa, con el respaldo de un 21 por ciento de votantes cuya decisión será hoy clave.

Las encuestas, que erraron de largo en la primera vuelta, arrojan el augurio de una ventaja de Macri de dos a diez puntos. Sin embargo, perviven numerosas dudas sobre el resultado final, basadas tanto en la presencia de un 10 por ciento de indecisos -una cifra que se ha mantenido invariable desde el 25 de octubre- como en ese 21 por ciento de votantes de Massa, que se han quedado huérfanos para la segunda vuelta.