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"Nos pidieron que dejásemos espacio en la uci porque los militares estaban de operaciones"

El enfermero sierense Marcos González, que trabaja desde hace más de tres años en un hospital de Bruselas, narra "el estado de guerra"

En los más de tres años que lleva trabajando en el Hospital de Brugmann, en el norte de Bruselas, el enfermero sierense Marcos González, de 27 años, no vivió nunca una situación como la del madrugada de ayer.

Con el nivel de alerta 4, la seguridad fue máxima en este centro sanitario situado en Jette, a cuatro kilómetros escasos de la capital belga. "Hubo militares a la puerta durante toda la noche", señala González. Para entrar a trabajar, a eso de las nueve del pasado domingo, y tras un control exhaustivo de entrada por parte del personal de seguridad, el sierense recibió unas indicaciones especiales del jefe de noche. "Nos dijo que estaban vaciando las urgencias y que mirásemos a qué pacientes les podríamos dar el alta en la uci para dejar espacio, ya que deberíamos estar preparados para acoger heridos, porque que los militares estaban haciendo varias operaciones por Bruselas", recuerda.

Este dispositivo especial movilizó incluso al director médico y a especialistas de los quirófanos, aunque finalmente no se cumplieron los sangrientos pronósticos iniciales. "Nos avisaron de que se arrestó a 16 personas, pero no hubo ni atentados ni heridos".

El hospital se encuentra cercano al "Atomium" y al estadio de fútbol "Rey Balduino", donde estaba previsto que jugase hace una semana la selección española de fútbol ante Bélgica, un partido que se suspendió finalmente por la amenaza terrorista.

Marcos González, que tenía entrada para ver aquel encuentro, reconoce que desde entonces se han extremado las medidas de seguridad: "Se nota un ambiente de nerviosismo y preocupación. La gente sale menos a la calle, donde es habitual que se vean militares o policías".

El punto álgido de la emergencia se vivió en Bruselas desde las diez de la noche del domingo hasta bien entrada la madrugada del lunes. "Lo que vivimos fue como un estado de guerra", comenta.

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