El grupo terrorista Estado Islámico ha autorizado la extracción de órganos a aquellos que están bajo su custodia con el fin de salvar las vidas de musulmanes, según un edicto que acaba de conocerse y que fue emitido por los eruditos de la organización hace ya algunos meses. Tras conocerse el escrito han saltado todas las alarmas, ya que se sospecha que los milicianos están traficando con órganos.

Según las autoridades de Estados Unidos, este documento estaba entre los datos y la información obtenida por las fuerzas especiales americanas en un asalto en el este de Siria que se realizó en mayo. El edicto justifica que la extracción de órganos de un cautivo vivo para salvar a un musulmán, incluso aunque pueda ser mortal para el prisionero, es permisible. "La vida del apóstata y los órganos no tienen que ser respetados y pueden ser extraídos con impunidad", recoge el documento, que está redactado en la forma de un edicto religioso por parte del Comité de Investigación y Fatua del Estado Islámico.

Esto no ofrece ninguna prueba de que el Estado Islámico esté realmente llevando a cabo una recolección de órganos o esté traficando con ellos. Pero sí supone una autorización religiosa para hacerlo en virtud de la radical interpretación del islam de esta organización, que es rechazada por la mayoría de los musulmanes. Anteriormente, Irak ya había acusado al Estado Islámico de traficar con partes del cuerpo humano de sus prisioneros para sacar beneficio.

Responsables estadounidenses aseguran que estos documentos han dado al Gobierno americano una visión sobre cómo se organiza, recauda fondos y codifica las leyes para sus seguidores el Estado Islámico. El embajador iraquí ante la ONU, Mohamed Alí Alhakim, señaló que los documentos deberían de ser examinados por el Consejo de Seguridad de su organización como prueba de que el Estado Islámico podría estar traficando con órganos para recaudar dinero.

El asalto en mayo en Siria, en el que murió el principal responsable financiero de este grupo terrorista, Abu Sayyaf, permitió recabar siete terabytes de datos en discos duros, según ha explicado Brett McGurk, enviado especial del presidente Barack Obama para la Coalición Global contra el Estado Islámico. Portavoces estadounidenses habían descrito previamente el asalto, pero hasta ahora ninguno de los documentos había sido publicado, al margen de materiales que ilustran el trafico de antigüedades de la organización terrorista.