El jefe de la policía de Colonia, Wolfsgang Albers, fue destituido tras los graves sucesos registrados en Nochevieja en el centro de esa ciudad alemana, por los que ya se han registrado más de 170 denuncias de agresiones sexuales y robos a mujeres.

El ministro de Interior del estado federado de Renania del Norte Westfalia, en el que se encuentra Colonia, Ralf Jäger, explicó a la prensa que acordó la retirada temporal de Albers y aseguró que la medida era "necesaria" para recuperar la confianza de la opinión pública en la policía.

Jäger subrayó la importancia de esa confianza ante los futuros grandes eventos en la ciudad, que recibe cada año a centenares de miles de persones en febrero para los carnavales.

Poco antes de conocerse la noticia, la alcaldesa de la ciudad, Henriette Reker, dijo que su confianza en el jefe de la policía se había roto, al comprobar que los datos que le facilitó tras los ataques no reflejaban lo sucedido, ya que, por ejemplo, no le informó de la presencia de solicitantes de asilo en el lugar.

Además, la policía del estado federado afirmó que ofreció refuerzos a los responsables del operativo de Nochevieja en Colonia, pero que éstos los rechazaron.

En un comunicado, Albers aceptó su cese al considerar que el debate público en torno a su persona "dificulta y retrasa" la necesaria investigación de los hechos.

Como responsable, aceptó las críticas recibidas, pero consideró que los agentes que conformaron el operativo de Nochevieja no las merecen.

El 1 de enero la policía de Colonia emitió una nota de prensa en la que indicaba que la plaza frente a la estación de tren de la ciudad y las escaleras de la catedral fueron desalojadas poco antes de la medianoche.

Lo hizo, según explicaba entonces, ante el riesgo que suponían los cohetes y petardos que lanzaba un grupo de alrededor de 1.000 personas que celebraban la Nochevieja en la zona y calificaba la situación de "tranquila".

En su primera comparecencia ante los medios el 4 de enero junto a la alcaldesa, Albers reconoció que ese comunicado fue un fallo, pero resaltó que no se fue consciente de la gravedad de lo sucedido hasta que comenzaron a presentarse decenas de denuncias tras la Nochevieja.

Albers no ofreció datos sobre la posible identidad de los agresores, aunque diversos informes de la policía filtrados después a los medios señalaban que se tomaron los datos de decenas de ellos durante la noche y que muchos eran solicitantes de asilo.

El portavoz del Ministerio del Interior alemán, Tobias Plate, confirmó que la policía federal, encargada de la seguridad en la estación de tren de Colonia, identificó en Nochevieja a 31 presuntos delincuentes, principalmente por robos y lesiones, y detalló que 18 de ellos eran solicitantes de asilo.