El grupo yihadista Estado Islámico (EI) asestó el sábado y ayer un duro golpe a las posiciones del dictador sirio Bachar al Asad al lanzar un sangriento ataque sobre la localidad de Deir al Zur, región petrolera controlada en su mayoría por los yihadistas. En el asalto perdieron la vida unos 280 civiles, según fuentes del régimen, y unas 400 personas fueron tomadas como rehenes.

La ONG Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, que goza de amplia credibilidad, informó por su parte de que los yihadistas mataron al menos a 135 personas, entre ellas 50 miembros de las fuerzas armadas y de milicias gubernamentales, y 85 civiles, en su mayoría familiares de soldados leales al régimen de Asad.

Las informaciones oficiales, difundidas a través de la agencia SANA, aseguran que "los terroristas ejecutaron a 280 personas, incluidas varias decenas de niños y mujeres" en la zona de Al Bagaliye, en Deir al Zur, en lo que calificaron de una "atrocidad repugnante". Según SANA, varias de las víctimas fueron decapitadas.

El ataque comenzó con al menos un atentado suicida con coche-bomba ejecutado por una célula infiltrada del EI en una zona controlada por el Ejército sirio, que ganó las posiciones hace un año, y cuyos militares fueron cogidos completamente desprevenidos. La explosión fue el inicio de un ataque "a gran escala", en el que perdieron la vida unos 40 agresores, según fuentes de Damasco.

Entre tanto, al menos 40 personas murieron en bombardeos sobre la ciudad siria de Raqqa, capital de hecho de los yihadistas del EI en Siria, según informó el Observatorio. Entre los fallecidos habría al menos ocho menores.

Las bombas han alcanzado varios comercios y algunos pequeños restaurantes de la ciudad. Anoche se desconocía si los aviones responsables del bombardeo fueron rusos o pertenecían a la coalición internacional liderada por EE UU.

Unas 200.000 personas sobreviven en Deir al Zor a pesar del asedio impuesto a la ciudad desde el pasado marzo, pero ya se han registrado las primeras muertes por inanición. Deir al Zor une la ciudad de Raqqa con el territorio que controla el EI en el vecino Irak.