Donald Trump, el precandidato presidencial republicano favorito en todas las encuestas de EE UU, dio su última campanada la pasada madrugada (hora española) negándose a participar en el último debate de la precampaña. Las elecciones primarias para dirimir quién será el aspirante republicano a la Casa Blanca comenzarán este lunes con los caucus (asambleas) de Iowa.

La ausencia de Trump tiene su origen en su enfrentamiento con la cadena ultraconservadora Fox y, en concreto, con una de sus presentadoras.

"Veamos cuánto dinero gana Fox sin mí en el debate", dijo Trump en rueda de prensa. El magnate, que se ha hecho notorio durante la precampaña por sus invectivas contra mujeres, musulmanes, judíos y otros colectivos, denunció el trato "injusto" y "sesgado" que, a su juicio, ha recibido de la Fox -emblema del conservadurismo estadounidense- y, en particular, de una de sus presentadoras estrella, Megyn Kelly.

Trump pidió a Fox que Kelly no fuera una de las moderadoras del debate, algo a lo que la cadena se negó.

El jefe de campaña de Trump, Corey Lewandowski, aseguró ayer en una entrevista con la cadena ABC que no se trata de que el magnate tenga "miedo" a debatir, como han afirmado algunos de sus rivales republicanos, sino que con la presencia como moderadora de Kelly "resulta imposible" que el acto sea "justo y honrado".