El magnate Donald Trump, el precandidato presidencial republicano favorito de las encuestas, logró ayer de madrugada (hora española) robar buena parte de la atención mediática al último debate republicano antes de las primarias con un acto benéfico que protagonizó en Iowa. Precisamente, será en ese estado donde el lunes arranquen las elecciones primarias que determinarán quiénes serán los candidatos demócrata y republicano que se enfrentarán en noviembre para hacerse con la Casa Blanca.

Trump, que se negó a asistir al debate republicano por desavenencias con la poderosa cadena Fox, organizadora del acto, consiguió que otras cadenas de ámbito nacional transmitieran su participación en una reunión para recaudar fondos para veteranos de guerra. Los dos actos se celebraron en la ciudad de Des Moines, la capital de Iowa.

"Hemos organizado esto en unas 24 horas. Quería ir al debate, pero tienes que defenderte cuando te tratan mal. Hace unos minutos, Fox me ha llamado y me ha preguntado si quería ir", dijo Trump nada más empezar su discurso, para inmediatamente hacer notar la gran presencia de cámaras en el acto, "más que en los premios de la Academia", bromeó. Trump había puesto como condición para participar en el debate republicano que la Fox cambiase a la moderadora del mismo, Megyn Kelly, con la que está enfrentado.

Mientras Trump recaudaba cinco millones de dólares para los veteranos, sus rivales Ted Cruz, Marco Rubio y Jeb Bush protagonizaban los mejores momentos del debate de la Fox con acusaciones mutuas de no tener criterios claros sobre la cuestión migratoria, que se está convirtiendo en uno de los puntos candentes de la campaña. La cuestión afecta en primer lugar a la comunidad latina, en la que, sin embargo, según un sondeo difundido ayer, menos de la mitad de sus miembros se muestra dispuesta a votar en noviembre.