Los ministros de Exteriores de la UE recordaron ayer a Turquía que tiene el deber "moral y legal" de acoger a los refugiados sirios que huyen de Alepo y se concentran en su frontera, y que la ayuda financiera que la UE le concederá va dirigida precisamente a dorarla de los medios para ello.

Los ministros concluyeron una reunión de dos días con un extenso debate sobre la crisis migratoria al que invitaron a sus homólogos de Turquía y de los países de los Balcanes, por donde transita la mayoría de los refugiados que intenta llegar a Europa.

Paralelamente, la alta representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini y diferentes ministros valoraron la decisión de Turquía de facilitar permisos de trabajo a los refugiados que alberga y de conceder visados a países como Irak.

En la reunión también se abordó la gestión de los refugiados de Grecia, acusada directamente por el ministro Húngaro, Péter Szijjarto, de "no estar preparada o no ser capaz" de proteger las fronteras exteriores de la UE, en especial con Macedonia.

"Las soluciones tienen que ser europeas", dijo el secretario de Estado español de Exteriores en funciones, Ignacio Ybáñez, quien descartó que deban pasar por "desmontar los grandes éxitos de la UE", como el espacio sin fronteras de Schengen.