El acuerdo de tregua en Siria alcanzado dos semanas atrás por EE UU y Rusia adquirió ayer visos de convertirse en una realidad después de que el régimen del dictador Asad expresase su aceptación. Washington y Moscú decidieron el lunes que el alto el fuego se inicie a medianoche del próximo sábado, con una semana de retraso sobre las fechas inicialmente previstas.

El mismo lunes, la oposición moderada, apoyada por EE UU y aliada con las milicias kurdas, mostró su asentimiento a la tregua. El cese de operaciones no afectará a los combates con los grupos yihadistas, entre los que destacan el Estado Islámico (EI) y el Frente al-Nusra, la filial local de Al Qaeda.

Reino Unido insistió ayer en que el alto el fuego no funcionará a menos que Rusia reduzca drásticamente sus bombardeos aéreos contra la oposición siria moderada. El inicio de los bombardeos rusos, a finales de septiembre, creó las condiciones que han permitido al régimen de Asad convertirse actualmente en el bando más fuerte del conflicto civil.

Las principales potencias, incluida China, ven con buenos ojos la tregua. EE UU, Francia, Alemania y Reino Unido anunciaron ayer por la tarde que vigilarán "muy de cerca" el alto el fuego, "especialmente el fin de los bombardeos de Rusia y del régimen sirio sobre los grupos de la oposición moderada y sobre la población civil". La OTAN instó, por su parte, a "todos los bandos" a respetar "los términos del acuerdo" y pidió que se haga una supervisión efectiva del mismo.

Según un comunicado difundido por la Presidencia francesa, los máximos responsables de esos cuatro países -Barack Obama, François Hollande, Angela Merkel y David Cameron- conversaron por teléfono y coincidieron en la "necesidad de la plena cooperación del régimen (sirio) y de sus aliados (rusos, iraníes y libaneses) en la puesta en marcha de las medidas de asistencia humanitaria".

Queda por ver cuál es el comportamiento ante la tregua de las principales potencias regionales, con Irán, Arabia Saudí, los Emiratos Árabes y Turquía a la cabeza. De hecho, el ministro de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, explicó en una comparecencia con su colega francés, Jean-Marc Ayrault, que gran parte del éxito de la tregua dependerá de si los líderes regionales, los vecinos de Siria, apoyan el documento".

Las grandes potencias insistieron ayer en que, en paralelo con el alto el fuego, deben reanudarse las conversaciones de paz de Ginebra, que, a decir verdad, nunca han llegado a arrancar en serio.

En ese clima de cauteloso optimismo, la oposición siria denunció ayer mismo que Rusia ha aumentado sus ataques aéreos a pesar del acuerdo con EE UU. Salem al Muslet, portavoz del Alto Comité para las Negociaciones (ACN), que representa a la gran mayoría de la oposición siria, explicó que "la escalada de los bombardeos está afectando a zonas de Alepo, Homs y Daraya", al tiempo que expresó su convencimiento de que se produzcan aún más bombardeos.

El portavoz opositor insistió en que Rusia y el régimen de Damasco podrían usar la tregua como excusa para bombardear zonas en las que, además de los rebeldes y de la población civil, hay presencia de los yihadistas del EI y el Frente al-Nusra.