El fundador de Al Qaeda, Osama Bin Laden, abatido por EE UU en Pakistán en 2011, dejó a su familia 29 millones de dólares (unos 26 millones de euros) en Sudán con la misión de continuar la yihad (guerra santa), según figura en su testamento, desclasificado ayer por el Gobierno de EE UU.