La UE y Cuba pusieron ayer fin a 20 años de relaciones bilaterales marcadas por la llamada "posición común". Impulsada por el expresidente español Aznar en 1996 -fue una de sus primeras iniciativas en política exterior y la rodeó de gestos verbales agresivos-, la "posición común" condicionaba las relaciones entre la Unión y Cuba a avances democráticos en la isla. Veinte años después, el infructuoso balance de la iniciativa ahora arrumbada revela que ha limitado las posibilidades europeas en la isla y no ha conseguido ningún gesto de apertura en el régimen castrista.

La nueva etapa en las relaciones de Cuba y la UE quedó sellada en La Habana tras dos años de negociaciones que han corrido en paralelo con el acercamiento de EE UU al régimen castrista. De hecho, la firma del documento que oficializa el nuevo marco bilateral ha llegado poco antes de la visita que el presidente Obama girará a la isla los próximos días 21 y 22.

Los jefes de los equipos negociadores, Christian Leffler, secretario general adjunto para Asuntos Económicos y Globales del Servicio Europeo de Acción Exterior, y Abelardo Moreno, vicecanciller cubano, rubricaron el texto consensuado, que ahora se someterá a un proceso de consultas para su completa ratificación por ambas partes. La firma del documento se hizo en el Ministerio de Exteriores de La Habana en presencia de la Alta Representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, y del canciller cubano, Bruno Rodríguez, durante un acto al que acudieron los embajadores de los países miembros de la UE.

Cuba representaba una anomalía para la Unión Europea, ya que hasta ahora era el único país de Latinoamérica con el que el bloque comunitario no tenía un acuerdo bilateral, aunque en la práctica la UE sea el segundo socio comercial cubano, el mayor inversionista extranjero en la isla y el tercero en llegada de turistas, sólo por detrás de Canadá y América Latina.

Mogherini afirmó que el acuerdo de diálogo político y cooperación con Cuba permitirá liquidar la "posición común", si bien recordó que el abandono formal de esa política necesita la aprobación del Consejo Europeo.

La Alta Representante explicó que a su regreso a Bruselas propondrá al Consejo Europeo que inicie las discusiones sobre este asunto, para que la decisión ya esté tomada cuando se produzca la definitiva ratificación del acuerdo firmado ayer. "No puedo dar fechas", dijo Mogherini, "pero todos estamos comprometidos en hacerlo lo antes posible". El canciller cubano precisó que, en todo caso, la posición común "dejó de ser común hace mucho tiempo", cuando en 2008 Cuba firmó acuerdos bilaterales con 19 de los Estados miembros de la UE.