La mayoría de los medios de brasileños daban ayer por hecha la entrada del expresidente Lula en el Gobierno de su pupila, Dilma Rousseff. Diarios como "O Globo" -"Dilma daría a Lula superpoderes en el Gobierno"-, "Folha de S. Paulo" -"Lula va a convertirse en ministro"- o "O Estado de S. Paulo" -"Lula tiene que convertirse en ministro"- coincidían en la misma apreciación.

Según "O Globo" Rousseff ha decidido incorporar a su Gobierno a Lula para dotarlo de protección frente a la investigación por su supuesta vinculación con una trama de corrupción y blanqueo de capitales. La fiscalía pidió al juez la pasada semana la prisión preventiva del expresidente, demanda todavía bajo examen.

El diario asegura que Lula se desplazó el lunes a Brasilia para mantener una conversación con Rousseff y concretar su supuesta incorporación al Ejecutivo. El exmandatario habría comentado a personas de su entorno dentro del Partido de los Trabajadores (PT) su aceptación de la oferta.

El rotativo asegura que Lula podría estar al frente de un superministerio que tendría entre sus cometidos la recuperación económica y la respuesta al "impeachment" al que la oposición pretende someter a Rousseff, aunque también se habría barajado su incorporación a Exteriores.

Sin embargo, ayer por la tarde se difundió una delación que podría poner en peligro la operación. El exjefe del oficialismo en el Senado Delcidio Amaral habría acusado a Rousseff y a Lula de múltiples casos de corrupción, delación que habría sido admitida por el Supremo e incorporada a la causa de corrupción Petrobras.