La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Enanos sin hombros de gigantes

Enanos sin hombros de gigantes

Es conocida la frase de sir Isaac Newton en una carta a a Robert Hooke: "Si he visto más lejos es porque estoy sentado sobre los hombros de gigantes". La imagen no es del todo suya: ya en el siglo XII Juan de Salisbury escribió sobre su maestro Bernardo de Chartres, filósofo neoplatónico ligado a la catedral de la ciudad francesa: "Decía que somos como enanos a los hombros de gigantes. Podemos ver más, y más lejos que ellos, no porque la agudeza de nuestra vista ni por la altura de nuestro cuerpo, sino porque somos levantados por su gran altura".

Newton utilizó la imagen para destacar que a nada hubiera llegado sin el trabajo de todos quienes le precedieron el estudio de las leyes físicas que rigen el Cosmos, de quienes en su misma época trabajaron en ello, y de quienes colaboraron directamente con él. Una actitud que puede ser tomada por falsa modestia pero también por verdadero conocimiento de la realidad: nadie es nada por sí solo, todos somos por gracia y esfuerzo de quienes nos han precedido y de quienes nos rodean. Y se considera una muestra de sabiduría buscar que estos últimos, quienes nos rodean, sean verdaderos gigantes para que su ayuda nos permita subir más arriba y así ver más lejos.

Sin embargo, siempre han abundado y abundan hoy ejemplos de lo radicalmente contrario: quienes aparentan creer que el mundo comienza con su propia llegada, que nada de lo sucedido hasta entonces es aprovechable y ni siquiera interesante, y que su milagrosa clarividencia no solo no necesita hombros a los que encaramarse sino que dicho apoyo sería imposible siendo ellos, como son, los únicos verdaderos gigantes.

Así se llega a pronunciar frases como la que soltó el candidato a las primarias republicanas Donald Trump a a un grupo de universitarios de Wisconsin: "Descubrirán, cuando lleguen a tener mucho éxito, que la gente que les caerá mejor será aquella que es menos exitosa que ustedes. Porque cuando te sientas en una mesa les puedes contar todo tipo de historias maravillosas y te escucharán. Siempre hay que estar rodeado de gente sin éxito, porque te respetarán". Sí, claro, ya sabemos cómo es ese Trump, a los europeos se nos agotan los adjetivos descalificativos pensando en él. Pero demos un vistazo a las figuras de la política española. ¿Cuántas veremos olvidar el pasado por miedo a las comparaciones, así como rechazar la proximidad del talento y rodearse de mediocridad para que nadie amenace su podio y todos les rían las gracias? Y luego las sucesiones son un desastre.

Compartir el artículo

stats