EE UU disuadirá y hará frente a cualquier agresión contra las "petromonarquías" del golfo Pérsico, que siguen exhibiendo temor a una eventual amenaza de Irán. Así lo prometió ayer el presidente Obama, tras reunirse con sus líderes en una sesión del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) celebrada ayer en Riad.

Obama, que el jueves inició su cuarto viaje a Arabia Saudí, pretendió calmar de este modo los temores de los países del Golfo ante el acuerdo nuclear firmado el pasado julio con el régimen de los ayatolás, que representó su reintegración en la comunidad internacional.

Igualmente, Obama llamó a rebajar las tensiones sectarias en la zona -quintaesenciadas en la guerra de Yemen-, en un esfuerzo por hacer frente a la amenaza yihadista que plantean grupos como el Estado Islámico (EI).

"He reiterado la política de Estados Unidos de usar todos los elementos a nuestro alcance para garantizar nuestros intereses centrales en la región del Golfo y disuadir y hacer frente a una agresión externa contra nuestros aliados y nuestros socios", declaró al término de la cumbre en una rueda de prensa en Riad. Obama admitió que los países del CCG están "preocupados" por las consecuencias del acuerdo con Irán, pero subrayó que EE UU sigue cooperando con ellos "para limitar la actividad" de Teherán.

El mandatario explicó que entre EE UU y las monarquías del Golfo hubo "diferencias tácticas" respecto a Irán, pero que sin la cooperación de los países árabes no se habría llegado a un acuerdo con Teherán. Obama explicó que los Estados del Golfo querían asegurarse de que EE UU no trata con Teherán de forma "ingenua" y que no ignora las acciones de Irán en la zona.

Pese a las recientes polémicas en torno a las relaciones entre Washington y Riad, Obama respaldó a Arabia Saudí y dijo que "ha cooperado de forma intensa para luchar contra el terrorismo y contra el Estado Islámico en Siria e Irak". Tanto Arabia como las otras "petromonarquías" del Golfo han sido consideradas el lugar de origen de parte de la financiación recibida por el EI.

Obama hizo referencia a Irak, país donde EE UU vuelve a tener presencia militar -unos 5.000 soldados actualmente-, y señaló que (el primer ministro Haidar) Al Abadi -chií, y por tanto mal visto por los suníes del Golfo- es un "buen socio" para Washington.

En cuanto a Siria, otro de los puntos de tensión con los países del Golfo, Obama aseguró que Washington siempre ha apostado por una solución política, "con la que se comprometan todos los actores externos", en referencia a Rusia e Irán, principales apoyos del régimen del presidente Asad, respaldado por Irán.