La canciller alemana, Angela Merkel, ha decidido dar un paso más en la implicación de su Gobierno en la lucha contra los yihadistas del Estado Islámico. Alemania construirá en el sur de Turquía una base capaz de albergar 400 efectivos, para lo que desembolsará 65 millones de euros. Está previsto que las instalaciones sean operativas en el verano de 2017.

El ministerio de Defensa germano se encuentra enfrascado en la negociación de un acuerdo a largo plazo para el estacionamiento de sus soldados en territorio turco. Desde finales de 2015, Alemania tiene desplegados aviones en la base turca de Incirlik, usada por EE UU y otros aliados occidentales. Entre los aparatos con los que cuenta Alemania en suelo turco figuran varios cazas Tornado y aviones cisterna Airbus. El conjunto está servido actualmente por 200 soldados, con lo que de cumplirse las previsiones germanas esa cifra se vería doblada.

En Washington, fuentes oficiales del departamento de Defensa (Pentágono) informaron ayer de que la incorporación de combatientes extranjeros a las filas yihadistas en Irak y Siria ha caído desde los 2.000 mensuales que llegaron a detectarse en el momento de máxima afluencia hasta unos 200. El Pentágono ve en estas cifras una muestra de "fractura moral" y pérdida de poder del Estado Islámico.