El grupo yihadista Estado Islámico (EI) mató ayer al menos a 93 personas y dejó heridas a otras 161 en tres atentados perpetrados en dos barrios de mayoría chií y en otro suní en Bagdad, en una de las jornadas más sangrientas sufridas en los últimos meses en Irak. El ataque más mortífero se produjo en el distrito de mayoría chií de Ciudad Sadr, donde fallecieron 64 personas y 87 resultaron heridas al estallar un vehículo cargado de explosivos en las cercanías de un mercado.