Estados Unidos, Rusia y China, entre otras grandes potencias, defendieron este lunes en Viena la necesidad de estudiar la petición del nuevo Gobierno de unidad libio de adquirir armas, lo que supondría una excepción al embargo de armamento impuesto por la ONU.

Ésta es la principal novedad de la cumbre ministerial de 24 países celebrada en Viena, en la que también tomó parte el primer ministro libio, Fayaz Seraj. Seraj quedó con sus socios en que les facilitará "lo antes posible" un listado del armamento que necesita para combatir el yihadismo.

"Afrontamos un importante reto con la lucha contra el Estado Islámico (EI). Esperamos tener ayuda en la formación y el material para nuestras tropas", dijo Seraj en declaraciones a la prensa.

El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, presente también en la capital austriaca, reconoció que ahora tienen una petición sobre la mesa, aunque el proceso debe desarrollarse respetando a la ONU.

"Es un equilibrio delicado, pero todos nosotros apoyamos el hecho de que si hay un Gobierno legítimo y el Gobierno legítimo lucha contra el terrorismo, el Gobierno legítimo no debe ser rehén ni víctima de las acciones de la ONU", argumentó Kerry.

"Estamos dispuestos a responder a la petición del Gobierno libio", apuntó el ministro italiano de Exteriores, Paolo Gentiloni, copresidente de la reunión de Viena. Por parte de España participó el secretario de Estado de Exteriores, Ignacio Ybáñez.

El Gobierno sirio puede comprar armamento si recibe el visto bueno de una comisión del Consejo de Seguridad de la ONU que supervisa el cumplimiento del embargo impuesto en 2011.

En marzo del año pasado el Consejo de Seguridad aplazó la aprobación de la petición del Gobierno libio para importar armas, carros de combate, aviones de combate y helicópteros para utilizarlos contra el Estado Islámico por temor a que cayeran en manos de las milicias irregulares que pululan por el país africano.