La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se enfrenta a unas semanas decisivas para su mandato, después de que la oposición alcanzara en el pleno del Congreso los 342 votos necesarios para que prosiga el proceso contra la dirigente. Tras esta decisión, ahora será el Senado el que deberá decidir si inicia el juicio político (impeachment) con miras a la destitución de Rousseff, por la violación de las leyes de presupuesto para favorecer su reelección en 2014.

Rousseff está acusada de usar dinero de bancos públicos para pagar programas del Gobierno y maquillar el déficit fiscal, violando todas las normas que prohíben esta práctica. El informe que aprobó la comisión, redactado por el diputado, Jovair Arantes, sostiene que los actos atribuidos a la presidenta constituyen atentados contra Constitución.

Por su parte la mandataria y sus defensores rechazan todas las acusaciones señalando que dichas prácticas ocurrieron antes de su mandato y acusan a la oposición de maquinar un golpe de Estado escondido detrás del juicio político.

Según indica la Constitución brasileña, después del voto positivo del Congreso, ahora los siguientes pasos serán los siguientes:

SENADO

Tras perder la votación en la Cámara Baja, ahora será el Senado el que decidirá si Rousseff es sometida a un juicio político. El momento de dicha votación no está claro. El presidente del Senado, Renan Calheiros ha dicho que el Supremo Tribunal Federal debe proporcionar un calendario que indique cómo debe desarrollarse el proceso. Muchos observadores esperan que la votación se lleve a cabo a principios de mayo.

JUICIO POLÍTICO

Tras ello, si 54 de los 81 miembros del Senado votan por la destitución de la mandataria, Rousseff sería despojada de sus derechos políticos, suspendida de sus funciones por hasta seis meses y no podrá aspirar a ningún cargo de elección popular durante ocho años.

En esta sesión única, en la que el presidente del Senado puede votar porque no la dirige, se darán los alegatos finales de parte del senador que haya instruido el caso y la defensa de la presidenta.

Si esto sucede, el vicepresidente Michel Temer sería confirmado como presidente interino, durante el resto de mandato de Rousseff, que se mantendría hasta el 31 de diciembre de 2018.

El Senado tendría 180 días para llevar a cabo un juicio, encabezado por el presidente del Supremo Tribunal Federal, Ricardo Lewandowski.

Los analistas afirman que en el caso de celebrarse un juicio político, sería un proceso rápido dada la crisis política en Brasil, y podría decidirse a finales de mayo.