El presidente francés, François Hollande, y la canciller alemana, Angela Merkel (ambos en la foto), defendieron ayer el espíritu reconciliador de la UE durante los actos del centenario de la batalla de Verdún, la más larga de la I Guerra Mundial y tumba de 300.000 soldados de ambos países. "No nos separan más trincheras (...) Razonar únicamente en términos nacionales, nacionalistas, nos hace retroceder", señaló la canciller. Y Hollande: "Nuestro deber sagrado está escrito en el suelo arrasado de Verdún. Amemos nuestra patria, pero protejamos nuestra casa común" ante "las fuerzas de la división, del cierre y del repliegue".