"Última llamada para los pasajeros del vuelo BAW 8050 con destino a Londres Gatwick". La megafonía del aeropuerto de Asturias alertaba a los rezagados para que realizasen el embarque en uno de los enlaces que partieron ayer del Principado con destino a la capital inglesa tras conocerse la decisión de los ciudadanos británicos de salir de la Unión Europea. La victoria del "Leave" ("dejar") en la consulta popular era el principal tema de conversación en la cafetería y en las colas de facturación del aeródromo regional, y la incredulidad y la indignación los sentimientos generalizados entre los viajeros, que veían en este proceso "un portazo en los morros" al resto de ciudadanos de los países miembros.

"A partir de ahora va a ser todo mucho peor y difícil, empezando por los viajes. Sin ir más lejos, para mi familia va a ser más incómodo ir a visitarme, porque no están familiarizados con los pasaportes ni los visados", aseguraba Lucía Valdés, que acudió al aeropuerto acompañada de su madre, Marcelina Luengo, quien tampoco compartió la decisión de los británicos. "Mis amigos ingleses están totalmente en contra. Pensaba que iba a pasar como con Escocia, que al final la gente se iba a echar para atrás, pero no fue así. Estoy convencida de que los que optan por salir se arrepentirán", aseguró esta joven ovetense que lleva casi un año trabajando en tierras británicas.

Sorprendidos, aunque precavidos, Luisa Tárrega, Ricardo Rodera y Milagros Álvarez, quienes también emprendían viaje a la ciudad del Big Ben, decidieron llevar sus pasaportes "por si acaso", cuando se enteraron de la victoria del "Leave" durante el desayuno. "Estamos sorprendidos y a la expectativa, porque creíamos que iba a ganar el ´no´ a la salida", explicaban mientras esperaban en uno de los bancos al que podía ser su último vuelo hacia tierras británicas como ciudadanos de la Unión. "Aunque a veces tenga sus inconvenientes, la Unión hace la fuerza", replicaban.

Precisamente, estrechar lazos entre los países miembros era la respuesta generalizada entre los viajeros. "No creo que ahora se vaya a ir ningún otro país. Estados como Alemania ya se pronunciaron al respecto, y creo que debemos estar tranquilos", argumentaba Miguel Ángel Jiménez. Por su parte, Trinidad García achacaba la decisión a que "quizá los ciudadanos británicos nunca estuvieron muy integrados en la Unión". En la misma línea, Olga Álvarez mostraba su convencimiento de que esta opción iba a ser "peor para ellos". "Si me hubiese tocado votar, sin duda habría apostado por que se quedasen", indicaba.

Más alejada de estas teorías, Laura Fernandes consideraba la salida como una acción estratégica "que será muy beneficiosa para Reino Unido a corto plazo". "Si yo fuese ciudadana británica también habría votado a favor de la salida", afirmó poco antes de coger el avión.