El Gobierno británico descartó hoy celebrar otro referéndum sobre la permanencia o salida del Reino Unido en la Unión Europea ("brexit"), según confirmó un portavoz del primer ministro, David Cameron.

Desde el número 10 de Downing Street, la residencia de Cameron, fuentes oficiales afirmaron que un segundo plebiscito "no está entre los planes" del Ejecutivo británico y que los ciudadanos ya votaron por un "resultado definitivo".

Cameron dijo hoy en el Parlamento que, si bien el Reino Unido dejará la Unión Europea (UE), no le dará la espalda a Europa.

En su primera declaración en la Cámara de los Comunes sobre el referéndum de la UE, Cameron subrayó que hay que respetar la decisión "soberana" del pueblo británico, si bien admitió que las negociaciones que hay por delante son "complejas" y "difíciles".

"Necesitamos determinar el tipo de relación que queremos con la UE y, con razón, esta es una decisión que deberá tomar el próximo primer ministro y su Gabinete", insistió Cameron, quien comunicó el viernes su intención de dimitir en octubre.

Al mismo tiempo, el "premier" conservador tranquilizó a los ciudadanos comunitarios que viven en el Reino Unido al afirmar que sus circunstancias no cambiarán en forma inmediata.

El primer ministro informó de que ha formado una "unidad del brexit", que será encargada de asesorar al Gobierno sobre las complejas negociaciones con Bruselas después de que el electorado del Reino Unido votase a favor de salir del bloque europeo.

También indicó que Londres consultará con todas las autonomías -Escocia, Gales e Irlanda del Norte- sobre las negociaciones con la UE para asegurar que sus intereses son protegidos.

Entre otras cosas, Cameron comunicó que por el momento el Reino Unido no activará el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece el proceso de negociación para la ruptura, e insistió en que esta será una labor que estará a cargo del próximo líder del Partido Conservador, que a su vez será primer ministro.

Cameron condenó además los incidentes xenófobos denunciados en los últimos días y dijo que el país debe ser firme para erradicarlos.

El "premier" se refirió al caso de un edificio cultural polaco en el oeste de Londres, que fue atacado y sus paredes pintadas con frases malsonantes y despectivas hacia los ciudadanos de ese país, e hizo hincapié en que los comunitarios han hecho una "maravillosa contribución" al Reino Unido.

Además, defendió la fortaleza de la economía británica, con inflación baja y una caída del paro, que ayudarán, según dijo, a resistir las dificultades que puedan surgir por el "brexit".