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"Vivir en Turquía se hace difícil", dice una asturiana que acaba de volver de Estambul

La empresaria asturiana María Victoria García deja Estambul: "Volveré, pero sólo para trabajar; las cosas han cambiado"

María Victoria García y su marido, Mochine Ben-Malih, en Sultanahmet, en Estambul.

La asturiana María Victoria García mira el mar de Castrillón con placer. Ella y su esposo, Mochine Ben-Malih, regresaron hace dos semanas de Estambul, una ciudad herida por las bombas terroristas que sembraron con más de cuarenta muertos el Aeropuerto de Atatürk, su principal aeródromo. "Asia a un lado, al otro Europa / y allá a su frente Estambul". La ciudad del pirata de Espronceda. En la gran urben tienen negocios y en ella vivían hasta ahora. Ya no volverán a su casa. "La situación se están complicando mucho", argumentan.

"Nos avisaron de lo que estaba ocurriendo por Whattsapp porque creían que seguíamos allí. Encendimos la televisión y vimos todos los muertos tirados por la terminal", dice la empresaria de moda asturiana, en la ciudad turca desde 2013. "Cada poco tomamos un avión allí o vamos a buscar a nuestra hija cuando viene a visitarnos", se lamentó. "Ha sido muy, muy triste...", destaca. Regresaron a la casa de Santa María del Mar hace quince días. Están de vacaciones. "Volveré, pero sólo para trabajar. Hemos dejado el apartamento en el que vivíamos", dice la mujer, que fue dueña de la tienda de ropa Vía Venetto, en Oviedo, cerrada por la crisis.

"Nos fuimos a Estambul para fabricar ropa allí y venderla aquí", asegura la empresaria. Alquilaron un apartamento en la zona del Cuerno de Oro. "La vida diaria fue muy difícil al principio, sobre todo, para mí", señala. "Pero aprendí a amar esa ciudad. Aún sigo siendo residente allí, pero las cosas han cambiado y lo seré por poco tiempo. Y no sólo por los ataques", apunta la asturiana. "Ver aquellos muertos... la ciudad es maravillosa, pero a veces la vida se hace difícil: el consulado te manda un email y te dice que no te muevas por esta u otra zona y eso te limita mucho", cuenta.

Hace meses que Iberia decidió dejar de volar a Estambul, la antigua Constantinopla. "Vamos de mal en peor. Tenemos amigos que tienen negocios en el Gran Bazar: tienen mucho miedo a los atentados. ¿Qué va a ser de ellos?, se preguntan", dice la empresaria. Pese a todo esto, María Victoria García no puede dejar de decir que su estancia en la ciudad herida por el Estado Islámico "ha sido enriquecedora". "Somos pocos los españoles allí, casi todos, los ingenieros de la obra del Mármara", explica.

La asturiana sigue todas las novedades sobre el nuevo atentado de los yihadistas, que también sembraron el terror hace pocos meses en dos ciudades como París y Bruselas. García asegura que no piensa en otra cosa que en una ciudad en paz y en que no entiende cómo pudo suceder lo que sucedió. "Antes de llegar al aeropuerto te encuentras con el primer control, luego viene el segundo. Fue muy triste", recalca ahora, en su casa de Santa María del Mar.

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