El primer ministro francés, Manuel Valls, anunció ayer una serie de ventajas fiscales con las que París quiere atraer a las empresas -bancos incluidos- que tengan dudas sobre su continuidad en el Reino Unido tras el "Brexit".

La primera es que en el impuesto de sociedades no sólo se suprimirá la contribución excepcional que se había establecido, sino que el tipo se reducirá "progresivamente" hasta el 28%. Además, anunció una modificación del régimen para los extranjeros que trabajan con sus empresas en Francia, sobre todo directivos, para que sea "el más favorable de Europa". Ese régimen incluye una serie de ventajas y deducciones fiscales, durante ocho años y no cinco, como hasta ahora, y la prima correspondiente quedará exonerada de tasa sobre los salarios.

Para facilitar los procedimientos administrativos, se pondrá en marcha a la vuelta del verano "un punto de entrada único para todas las empresas que quieran implantarse en Francia".

Entre tanto, la libra esterlina volvió a caer hasta un nivel mínimo en más tres décadas, por debajo de 1,30 dólares, ante el adverso panorama que amenaza la economía británica tras la decisión del Reino Unido de abandonar la UE.

La divisa británica llegó a cotizar durante la jornada en 1,2801 dólares, su menor nivel respecto al billete verde desde 1985, y cerca de un 13% por debajo de los 1,4685 dólares que registraba el 22 de junio, un día antes del "Brexit".

El nerviosismo llevó a cinco firmas a bloquear sus fondos inmobiliarios para evitar que los inversores retiraran capital. Ese "corralito" afecta a un capital conjunto de más de 15.080 millones de euros.