Los incidentes en la manifestación de apoyo a la casa ocupada en el número 94 de la calle Rigaer, en el barrio de Friedrichshain de Berlín, por parte de grupos antisistema e izquierdistas, se saldaron el pasado fin de semana con 123 policías heridos y numerosos desperfectos materiales. En la marcha participaron alrededor de 3.500 personas.

La Policía, que, en previsión de incidentes, había diseñado un dispositivo de seguridad de 1.800 agentes, arrestó de forma temporal a más de 80 manifestantes y tres pasaron a disposición judicial por alteración grave del orden público. Según el balance de las autoridades, la manifestación es "la más agresiva y violenta" de los últimos cinco años en la capital alemana.

El alcalde-gobernador, el socialdemócrata Michael Müller, se reunió ayer con el titular de Interior de Berlín, el conservador Frank Henkel, y ambos condenaron de forma rotunda los incidentes. Henkel rechazó la posibilidad de hablar con los colectivos de extrema izquierda y antisistema que ocupan el edificio. "Tampoco sabría de qué", adujo.