El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, pidió ayer a Estados Unidos la extradición del predicador Fethullah Gülen, de 75 años, dirigente de una cofradía a la que el Gobierno turco atribuye la responsabilidad del golpe militar abortado esta madrugada. "Que nos entreguen al personaje de Pensilvania", clamó ante miles de sus seguidores en una céntrica plaza de Estambul.

Horas antes, también el primer ministro turco, Binali Yildirim, había señalado que un país que acoge al "líder del Estado paralelo", nombre con el que las autoridades turcas se refieren a la cofradía que encabeza Gülen, no puede ser un amigo de Turquía. El secretario de Estado, John Kerry, instó a Turquía a presentar pruebas de que Gülen es responsable del fallido golpe.

Por otra parte, la base militar de Incirlik, en el sur de Turquía, donde se hallan contingentes militares y cazas estadounidenses y europeos (hay efectivos españoles), ha sido sellada por Ankara. "Las autoridades locales deniegan entradas y salidas de la base y la electricidad también se ha cortado", dijo EE UU. El Pentágono se ha visto obligado a suspender los vuelos de su misión contra el Estado Islámico desde Incirlik.