La primera ministra británica, Theresa May, defendió ayer en los Comunes la necesidad de renovar el programa de armas nucleares como "último seguro" contra las amenazas que podrían afrontar en el futuro el país y sus aliados, en una sesión al final de la cual estaba prevista una votación no vinculante sobre la renovación del programa de submarinos atómicos Trident, con un coste estimado de 36.890 millones de euros.