El móvil de Sergio Fernández Castañón, profesor asturiano residente en Múnich, bajó a un cinco por ciento de batería en el peor momento, ayer por la tarde, poco después de saber del ataque terrorista en el centro de la capital bávara. Ese mínimo trastorno, resuelto con un rápido mensaje en Facebook para tranquilizar a la familia, y una larga demora para llegar a casa por los cortes en el transporte público alteraron un día extraño en el que en la ciudad se percibe el miedo. Se ve, remarca, porque "no es la primera vez", por "el atentado del martes en el tren, también en Baviera, y sobre todo porque la Policía está buscando a los terroristas".
En casa -"la Policía recomienda no salir"- está "tranquilo". Con el ruido de fondo de las sirenas y los helicópteros, el profesor gijonés, hermano de la diputada asturiana de Podemos Sofía Castañón, afirma que el lugar de la tragedia es "un centro comercial muy concurrido, bastante céntrico, al que llega el metro, y un viernes por la tarde tenía que estar lleno de gente".
