El Estado Islámico (EI) capturó el pasado jueves a unos 3.000 civiles que huían de sus pueblos para guarecerse de la violencia en la ciudad iraquí de Kirkurk, según anunció ayer la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR).

Entre el 20 y el 21 de julio se registraron bombardeos aéreos y enfrentamientos en el distrito de Hawiga, próximo a la zona petrolera de Kirkurk y comenzó el éxodo de civiles. Ayer, el portavoz de ACNUR, William Spindler confirmó que los secuestrados, "intentaban huir a la ciudad de Kirkurk". Según informantes sobre el terreno en declaraciones recogidas por "Europa Press", doce prisioneros fueron asesinados a sangre fría por los milicianos. Además, como ya sucediera en mayo con 400 familias en Faluya, se teme que los secuestrados sirvan como escudos humanos si se produce un enfrentamiento militar.

La coalición internacional contra el EI intensificó los bombardeos en las últimas fechas y, desde hace meses, el ejército yihadista pierde posiciones sobre el terreno. A este respecto se pronunció ayer de madrugada el presidente de EE UU, Barack Obama, que defendió la actuación de su gobierno afirmando: "Vamos a continuar persiguiendo de forma agresiva al Estado Islámico", responsable, entre otras masacres, de la reciente ola de atentados en Europa, entre los que destaca el del pasado 14 de julio en Francia, cuyo número de víctimas mortales ascendió esta semana a 85 por el fallecimiento de un herido.

Obama alabó los avances logrados tanto en Irak como en Siria pero alertó de que el EI mantiene su capacidad para atacar, sobre todo gracias a su "cambio de táctica", en alusión a la exportación de atentados. "El EI no ha tenido ninguna gran operación ofensiva exitosa ni en Siria ni en Irak en el último año", subrayó el presidente que, con cautela, advirtió de la posibilidad de que las redes terroristas "probablemente seguirán en pie" después de una eventual derrota del "EI en Raqa y Mosul", sus bastiones sirio e iraquí.

Sobre la situación en Siria, Obama admitió que las violaciones de la tregua "han crecido hasta un nivel en el (esta) que ya casi no existe, especialmente en el norte" del país. El presidente acusó al régimen de Al Asad de lanzar "atroces ataques contra civiles indefensos o asedios medievales contra ciudades como Alepo", así como de bloquear la ayuda humanitaria, y dijo que "la implicación directa de Rusia plantea preguntas muy serias sobre su compromiso" con la paz. "Es hora de que Rusia demuestre seriedad", dijo.

Ayer se conoció también que más de 75.000 refugiados sirios se encuentran atrapados en una zona desértica de Jordania cercana a la frontera, que está cerrada al paso de migrantes.