Turquía sopesa "otras opciones" para cooperar en materia de Defensa porque no recibió el apoyo que esperaba de sus aliados de la OTAN tras el fallido golpe de Estado del 15 de julio, según reveló ayer Obrahim Kalin, portavoz presidencial. Kalin explicó que los países occidentales han mostrado más preocupación por la purga en la administración que por la asonada militar en sí, en unas declaraciones efectuadas el día después de la reunión entre los presidentes turco, Recep Tayyip Erdogan, y ruso, Vladimir Putin, en San Petersburgo.

La Alianza Atlántica respondió al acercamiento entre Turquía y Rusia con un comunicado en el que subrayó que la permanencia de Ankara, un "aliado valorado", en la OTAN, "no está en cuestión" porque proporciona "contribuciones sustanciales a los esfuerzos conjuntos". La organización destaca, asimismo, que su secretario general, Jens Stoltenberg, habló con Erdogan la noche misma de la intentona, "condenando totalmente el golpe y reiterando el pleno apoyo para las instituciones democráticas turcas".

Por otro lado, la UE sigue siendo objeto de las críticas turcas. Con el pacto por los refugiados como telón de fondo, el ingreso del país en el club comunitario parece ahora lejano, incluso para las autoridades otomanas. Ayer, el ministro de Exteriores Mevlut Cavusoglu advirtió que "la UE está cometiendo algunos errores graves. El apoyo entre la población para el acceso a la UE bordeaba el 50%, asumo que ahora está en torno al 20 por ciento".

Algo en lo que se reafirmó Erdogan que, a su vez, anunció que no le temblará la mano para "limpiar" la administración de seguidores del clérigo Gülen a quien acusa de urdir el golpe. "Lo haremos por la nación. Los que sean: 60.000, 100.000, 200.000... Haremos lo que sea. Debemos hacer esa limpieza", aseguró. "En Occidente, algunos dicen: 'Echáis a miles de personas y eso nos preocupa'. Pero se lo he dicho por teléfono: en la reunificación de Alemania lo hicisteis a una escala mucho mayor que nosotros".