Bombarderos rusos estacionados en la base aérea iraní de Hamadan atacaron ayer, por segundo día consecutivo, posiciones del grupo terrorista Estado Islámico en Siria y causaron, según Moscú, la muerte de más de 150 yihadistas. El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, negó que el uso por Rusia de la base aérea iraní suponga la venta o transferencia de aviones de combate a Irán. "No hay ningún motivo para sospechar de que Rusia esté violando la resolución 2231 (del Consejo de Seguridad). En este caso no se ha producido ni suministro, ni venta, ni transferencia de aviones de combate a Irán", dijo.