El presidente de Bolivia, Evo Morales, se atribuyó ayer haber vuelto a derrotar "un golpe de Estado", esta vez supuestamente planeado por los mineros, protagonistas de un conflicto que se saldó con el asesinato a golpes de un viceministro y la muerte de tres manifestantes por disparos de armas de fuego. "Otra vez, el Gobierno nacional ha derrotado un golpe de Estado. De eso estoy convencido", dijo Morales en Cochabamba. Los mineros, según el presidente, tenían planeado resistir muchos días "parapetados" en los lugares donde bloqueaban las carreteras y documentos confiscados en las oficinas de las cooperativas mineras hablan "de tumbar al Gobierno". Para el jefe del Ejecutivo boliviano, la protesta tenía un objetivo político y no de reivindicación social, como alegaban los líderes de la Federación Nacional de Cooperativas Mineras, que plantearon los bloqueos para rechazar una ley promulgada por el Gobierno.