Hace un año, la foto de niño sirio Aylan Kurdi sacudía las conciencias en Europa y todo el mundo y alertaba sobre la gravedad de la crisis de refugiados, sobre todo debido a la guerra en Siria. La instantánea, sin embargo, no fue suficiente para frenar la tragedia de quienes intentan llegar a Europa por mar. Desde entonces, según calcula Save the Children, han muerto otros 423 niños ahogados en el Mediterráneo.

El número de niños migrantes y refugiados que llegan a Europa ha ido creciendo en los últimos meses, y en la actualidad representan el 40 por ciento de las personas que cruzan el Mediterráneo.

El acuerdo entre la Unión Europea y Turquía no ha frenado el número de llegadas de refugiados a Grecia, lo que está provocando que cientos de niños estén viviendo en campos hacinados, sufriendo escasez de agua y servicios básicos, según la organización.

Este viernes, la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR) ha lanzado el vídeo "Rescatemos #NuestroMediterráneo", junto al cantautor Joan Manuel Serrat, para pedir el fin de las muertes en el Mediterráneo.

Un año después de la muerte Aylan, la organización reclama a la Unión Europea soluciones para las personas que huyen de la guerra y que se juegan la vida en el mar.

Desde entonces se calcula que más de 4.200 personas han perdido la vida en el Mediterráneo.

La secretaria general de CEAR, Estrella Galán, señala en un comunicado que el Mediterráneo se ha convertido "en la ruta más peligrosa del mundo" y "en una gigantesca fosa común".

Por su parte, Joan Manuel Serrat denuncia que el Mediterráneo de hoy, "donde las gentes se dejan la vida tratando de ponerla a salvo de la guerra", queda "muy lejos" del que inspiró su canción.

La Comisión Española de Ayuda al Refugiado reprocha a la Unión Europea la falta de una operación de rescate eficaz, así como "la lentitud incomprensible e inaceptable" en los procesos de reubicación y reasentamiento de refugiados.

"Por desgracia, los discursos de conmoción que escuchamos hace un año han quedado en papel mojado y miles de niños como Aylan siguen teniendo que echarse al mar en busca de un refugio que Europa solo les ofrece a cuentagotas y a regañadientes", afirma Galán.