El secretario de Estado de Inmigración del Reino Unido, Robert Goodwill, anunció ayer que Londres levantará un muro en la cara norte del puerto francés de Calais para impedir que los inmigrantes suban a los camiones e intenten cruzar el canal de la Mancha por el túnel.

El muro, de algo más de un kilómetro de longitud y cuatro metros de alto, costará unos 2,3 millones de euros y comenzará a edificarse a finales de este mes. "La gente todavía sigue entrando. Hemos puesto vallas y ahora vamos a construir un muro como parte del refuerzo de la seguridad en la zona", señaló Goodwill.

El anuncio se produce días después de que un grupo de refugiados e inmigrantes acampados en la llamada "jungla de Calais" protagonizaran varios incidentes al colocar en la carretera de acceso al túnel que pasa bajo el canal de la Mancha troncos de árboles, carros de la compra y piedras para detener los vehículos y subirse a bordo. En paralelo, transportistas y agricultores pedían el desmantelamiento de la acampada, prometida hace tiempo por las autoridades francesas y sólo acometida parcialmente.

Mientras, Unicef denunció ayer que son casi 50 millones los niños que, en todo el mundo, han tenido que cruzar fronteras o verse desplazados a la fuerza de sus hogares. Veintiocho millones de ellos lo han sido por conflictos bélicos u otros tipos de violencia, a menudo sectaria, mientras que el resto se ha visto movido por razones económicas. Unicef resaltó el alto riesgo de explotación de todo tipo (laboral, sexual, de incitación al crimen) al que se ven sometidos esos menores.