La detención del exministro de Hacienda Guido Mantega, uno de los hombres fuertes de Brasil bajo la gestión del PT y su liberación horas después por su delicada situación personal desató ayer un nuevo escándalo y elevó la tensión política en vísperas de las municipales.

Mantega, ministro con los expresidentes Lula y Rousseff entre 2006 y 2015, está acusado de financiación ilegal para cubrir una deuda de la campaña electoral que en 2010 llevó a Rousseff a la Presidencia. El exministro fue detenido en un hospital de Sao Paulo donde acompañaba a su esposa, que se sometía a una cirugía por un cáncer.

Su arresto llega además dos días después de que, el martes, el juez del "caso Petrobras" aceptase investigar la denuncia de la Fiscalía de que Lula fue sobornado por una empresa asociada a la trama corrupta de la petrolera. La aceptación de la denuncia implica que Lula será procesado, lo que complica sus posibilidades de presentarse a las presidenciales de 2018, para las que las encuestas le sitúan en cabeza.