Marruecos celebró ayer, con baja participación, sus segundas elecciones parlamentarias desde que el país aprobó la nueva Constitución, respuesta directa de Mohamed VI a las protestas registradas en 2011 en el marco de la "primavera árabe". Las dos principales fuerzas enfrentadas son el islamista Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD), en el Gobierno, y el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), cercano al Monarca. Las elecciones vinieron precedidas por las disputas entre el ministro de Justicia, del PJD, y el de Interior, un tecnócrata nombrado por el Rey. La única cifra de participación comunicada por las autoridades electorales, a las doce de la mañana, cifraba en un 10% los votantes que habían acudido a las urnas.