Los islamistas del Partido Justicia y Desarrollo (PJD) se impusieron en las elecciones legislativas de Marruecos al obtener 125 escaños de los 395 con que cuenta la Cámara de Representantes. El PJD se hizo con el primer lugar tanto en los escaños por circunscripciones (98 de 305) como en la llamada "lista nacional", reservada a mujeres y jóvenes (27 de 90). Tras los islamistas se sitúa su gran rival, el Partido Autenticidad y Modernidad (PAM), que suma 81 escaños en las circunscripciones y 21 en la "lista nacional". Muy por detrás queda el histórico Istiqlal, con 46 escaños totales: sus once escaños nacionales le permiten mitigar la debacle, ya que en la anterior legislatura tenía 60 escaños.

El territorio del Sáhara Occidental escapa, una vez más, a la lógica general que se impone en Marruecos: el PJD no ganó en ninguna de las circunscripciones, aunque sí obtuvo un escaño en cada una de ellas.

Baja participación

La participación se situó en un 43% del censo electoral, una de las cifras más bajas de la historia de Marruecos.

La Constitución marroquí, vigente desde 2011, estipula que el rey debe llamar al partido más votado para formar gobierno, por lo que el PJD tendrá que buscar ahora alianzas con los demás partidos para formar una cómoda coalición que le asegure una mayoría absoluta de 198 representantes en el parlamento.

El Partido Justicia y Desarrollo comenzó a festejar su victoria en las calles tras los primeros avances de unos resultados que superaron sus propias previsiones.