El primer ministro italiano, Matteo Renzi, atribuye a la "antipatía" hacia su gobierno el rechazo a la reforma constitucional que se someterá a referéndum el 4 de diciembre.

En declaraciones a la televisión pública italiana, Renzi divide las posiciones ante el cambio legislativo entre "quien hace política para cambiar el país" y los que se limitan a votar "por antipatía".

Renzi defiende la reforma constitucional con la que pretende acabar con el actual sistema de "bicameralismo perfecto" entre la Cámara de Diputados y el Senado, lo que supone a veces un importante obstáculo para la gobernabilidad. Con la reforma, el Senado reduciría sus miembros y sería una cámara territorial, sin capacidad legislativa.

En su momento, el primer ministro llegó a vincular su continuidad en la política a la aprobación de la reforma constitucional, si bien posteriormente terminó reconoció que habría sido "un error" hacer de la consulta una especie de plebiscito sobre su persona.