La ONU reveló ayer que los terroristas del Estado Islámico (EI) masacraron el pasado miércoles a 242 personas en Mosul, la segunda ciudad de Irak, en manos de los yihadistas desde 2014 y objeto de una intensa ofensiva lanzada por el Ejército iraquí y la coalición internacional que encabeza Estados Unidos.

Ciento noventa de ellos eran antiguos miembros de las fuerzas de seguridad iraquíes que fueron ejecutados. El resto de las víctimas eran 42 civiles asesinados el mismo día de manera separada por negarse a unirse al EI.

El día anterior, otras 24 personas fueron ejecutadas por los yihadistas, aunque todavía se desconocen los detalle del hecho.

Además, cerca de 8.000 familias han sido secuestradas y conducidas por el EI desde zonas periféricas hacia Mosul para intentar disuadir al Ejército iraquí de que ataque sus posiciones, informó también la ONU. Dado que cada familia iraquí tiene un promedio de seis miembros, son más de 47.300 los civiles que han sido obligados por los yihadistas a trasladarse a Mosul.

Mientras, el Kremlin rechazó la petición del Ejército ruso para reanudar los bombardeos de la aviación contra posiciones yihadistas en la ciudad siria de Alepo.