Donald Trump ha establecido ya los primeros contactos con dos líderes políticos con los que, por ideario, se le asocia: el del partido eurófobo británico UKIP, Nigel Farage, crucial en el "Brexit", y la del ultraderechista Frente Nacional (FN) francés, Marine Le Pen. Los dos fueron de los primeros en felicitarle por su triunfo en las urnas, que la política francesa saludó como "una victoria de la libertad" que aumenta sus propias opciones.

Farage fue recibido el sábado por el candidato republicano en la Torre Trump de Manhattan y, según explicó la exjefa de campaña del magnate, Kellyanne Conway, la entrevista fue "muy productiva; disfrutaron uno de la compañía del otro y tuvieron la oportunidad de hablar de libertad y de ganar, y de lo que eso significa para el resto del mundo".

En lo tocante al FN francés, la sobrina de Marine Le Pen, Marion Maréchal-Le Pen, anunció en Twitter que el partido había aceptado una invitación para "trabajar juntos" de Stephen Bannon, director del portal derechista "Breitbart" y miembro del equipo de transición de Trump, que suena como jefe de gabinete de la Casa Blanca.