El candidato independiente Rumen Radev, un exgeneral al que se le atribuyen simpatías hacia Moscú, ganó ayer las elecciones presidenciales en Bulgaria con el 58% de los votos, según medios locales. El fracaso de su rival, la oficialista Tsetska Tsacheva (35%), abre una crisis en el Ejecutivo. El primer ministro, Boyko Borisov, dimitió del cargo al no haber ganado su candidata.